Gudea, ensi de Lagash, es conocido por sus famosas estatuas, pero su figura va más allá. En esta biografía de Gudea te contamos quién fue y qué hizo este rey sumerio, cuándo gobernó y cuales son sus inscripciones más importantes.
¿Quién era Gudea, ensi de Lagash?
Gudea, el ensi de Lagash, es principalmente conocido por las estatuas labradas en diorita que nos dejó para la posteridad. En realidad no es mucho de lo que se sabe de este rey sumerio. Parece que su reinado se prolongó durante unos 20 años, aproximadamente entre 2.141 y 2.122 a. C., y por las inscripciones cuneiformes conservadas podemos deducir que se trató de un reinado pacífico, con un monarca preocupado por la justicia social y la actividad constructora.Estatua de GudeaSin embargo, a pesar de ser uno de los monarcas sumerios sobre las que más textos se conservan el conocimiento de su reina do es limitado, debido a que las inscripciones son principalmente de carácter religioso y cultual, careciendo de información política y socio-económica. No se sabe con seguridad los años que reinó y hasta hace poco se pensaba que había reina antes que Ur-Nammu, aunque hoy se sabe que fueron, al menos en parte, contemporáneos.
Orígenes del rey Gudea de Lagash
Su origen es incierto, Es posible que Gudea fuese originario de otra ciudad diferente a Lagash, pero se casó con la hija del monarca Ur-Babba, lo que debió otorgarle legitimidad real. Además, posteriormente se consideró dios de Lagash, lo que puede ser un indicativo de la necesidad de Gudea de legitimarse en el poder.A esto hay que añadir que el príncipe Gudea nunca menciona sus orígenes, por lo que es muy posible que su padre no perteneciese a la alta sociedad de la época. Incluso, a partir de un momento dado, y tal y como recoge en sus inscripciones, se dice hijo de la diosa Gatumdug, lo que no hace más que incidir en esta teoría.
Características del reinado de Gudea
Gudea llega al trono en un momento de cierta convulsión. A la presión ejercida por los guti o guteos, tribus de las montañas, hay que añadirle que Lugalzagesi, rey de Umma, había causado importantes destrozos en Lagash tan solo unos años antes, en el conflicto fronterizo mantenido entre ambas ciudades. Sin embargo, la ocupación de los guti fue aprovechada por ciudades como Uruk, Ur, Umma, Mari o Lagash para adquirir un mayor grado de independencia. por desgracia se conservan pocas inscripciones de este período, por lo que es difícil conocer como se desarrollaron los acontecimientos.Todo lo contrario ocurre con la ciudad de Lagash durante el reinado de Gudea, pues a pesar que se conocen pocos textos de la II Dinastía de la ciudad, todo cambia con la llegada al poder de Gudea. Por lo general se trata de textos que hablan sobre la construcción de templos y actividades rituales y tan solo unas pocos de campañas militares, por lo que se trata de una información incompleta.Incluso parece que cuando se mencionan campañas militares solo se hace para indicar la obtención de materias primas que se emplearían en la construcción de templos. Tal es el caso de una importante campaña contra los vecinos del este en la que se dice:
Gudea, ensi de Lagash, derrotó a las ciudades de Anshan y Elam y trajo botín para el templo Eninnu de Ningirsu
Por otras inscripciones suponemos que en tiempos de Gudea la ciudad y la región experimentó un cierto periodo de paz así se deduce de una inscripción en la que se mencionan que se abrieron todos los caminos desde el Mar Superior (el Mediterráneo) hasta el Mar Inferior (el Golfo Pérsico). Es de suponer que los caminos estaban abiertos al comercio, pues también se menciona la llegada de materiales procedentes de distintas partes de Oriente.Esta paz puede estar en consonancia con el hecho de que casi no se han encontrado representaciones de temas relacionados con la guerra en los objetos de arte sumerio de los años posteriores.
La labor constructiva y legislativa de Gudea
La labor de reconstrucción en la ciudad de Lagash ya había comenzado con su predecesor, Ur-Babba, pero esta fue continuada por Gudea. Este último hizo reconstruir hasta una quincena de templos, aunque en el que más cuidados puso fue en el Eninnu o «Casa de los Cincuenta», la morada del dios Enlil. Desgraciadamente hoy en día no queda prácticamente nada de este santuario, pero según los arqueólogos se trataría de un recinto con varios templos que en total tendría unas dimensiones aproximadas de 5 hectáreas.Son varias las inscripciones de Gudea en las que se explica el motivo, materiales y características arquitectónicas de los templos que erigió o reconstruyó, recogiéndose, además, importantes descripciones de los rituales seguidos con motivo del levantamiento de un templo. Gracias a ello sabemos que la decisión de construir un templo no correspondía al monarca, sino al dios, que en muchas ocasiones suele expresar su voluntad apareciéndose en sueños.Cono de fundación con inscripción de GudeaAdemás de por su labor constructiva, el soberano Gudea destacó por su actividad legislativa, y es que en varias inscripciones sumerias vemos como perdonó las deudas de los pobres, se preocupó por mejorar las condiciones de vida de los huérfanos y las viudas y liberó a los siervos que habían caído en tal condición a causa de las deudas. Por tanto, Gudea trata de mostrarse como un rey justo, una de las cualidades que debían tener los monarcas sumerios.
La expansión de Lagash durante su reinado
A pesar de que pasa por ser un gobernante pacífico los dominios de Lagash cuando Gudea fue ensi de la ciudad eran extensos. En las numerosas inscripciones que dejó se menciona la construcción de templos en Adab, Uruk, Nippur y Ur, por lo que estas ciudades debieron estar bajo su control, además, también afirma haber conquistado Elam y Anshan.Pero este territorio ya estaría bajo control de la ciudad cuando Gudea llega al trono. No debemos pensar en campañas militares de conquista, sino en un ejército lo suficientemente fuerte como para asegurar la cohesión del territorio.
Las relaciones exteriores
Durante el reinado de Gudea se produjo la llegada de multitud de materias primas procedentes del exterior. Llama la atención que la llegada de productos no se produjese como consecuencia de botines de guerra como en muchas ocasiones ocurría en Mesopotamia. De hecho solo la estatua B del monarca de Lagash menciona un conflicto armado con los elamitas. El resto de textos de la época solo hablan de la llegada de productos pero no menciona a cambio de qué.Debemos suponer que la llegada de productos foráneos, en ocasiones de zonas muy lejanas, era fruto de un intercambio comercial, lo que denota, por un lado, unas buenas relaciones diplomáticas y, por otro, la existencia de una paz y seguridad que permitía transportar las mercancías sin peligro. Cuestión aparte es de donde conseguía Lagash la riqueza con la que «pagar» los objetos que importaba.
Las estatuas de Gudea
Se trata de más de una veintena de esculturas de diferentes dimensiones, mandadas tallar por Gudea en dolerita, esteatita, alabastro y diorita negra, esta última una piedra difícil de esculpir y que procedía del país de Magán, generalmente para celebrar la llegada del material para la construcción de algún templo.Las estatuas, expuestas por diversos museos del mundo como el Louvre, el Metropolitan Museum o el British Museum, según H. Crawford pudieron haber sido esculpidas en su parte superior, esto es la parte de la cabeza, con una técnica compleja por artesanos especializados, mientras que la parte inferior, más tosca serían realizadas por aprendices. Estas figuras son de tamaño variable, se representa a Gudea de pie o sentado y contienen una inscripción en la parte de atrás, en el hombro o en la toga o traje del ensi de Lagash.Muchas de estas estatuas mencionan la llegada de materias primas, principalmente piedras de Dilmún, Magán o Meluhha, pero también de cedros del Líbano y otras maderas de los Zagros y el Tauro. Las dos primeras regiones identificadas con los actuales Omán y Bahrein y Meluhha con la cultura de Harappa del valle del Indo. Esto nos habla de una red comercial en el III milenio a. C. con lugares como Dilmún y Magán actuando como intermediarios.
Las representaciones del rey Gudea
A partir de Gudea cambió la forma de representar a los soberanos en Mesopotamia. Hasta entonces, los reyes trataban de destacar su faceta militar y divina al representarse, pero la principal preocupación de Gudea fue la de aparecer como un ensi sumerio piadoso y que se preocupa por su pueblo.Lo más común es que aparezca de pie o dentado, con las manos entrelazadas, portando una corona o gorro que sería un símbolo de la realeza, vistiendo una toga que deja su brazo derecho al descubierto, mostrando un brazo fuerte, y es que además de un rey sabio y piadoso, el monarca también tenía que ser un rey fuerte para defender a su pueblo en caso de que fuese necesario.En cualquier caso, todas las esculturas presentan un estilo arcaico que pretenden acentuar la solemnidad del personaje, que parece transmitir calma. De igual forma la cara tiene forma rechoncha siguiendo el estereotipo sumerio.Una de las estatuas más famosas es una en la que se representa a Gudea con un vaso que mana. Se trata de una estatua de 60 cm de alto por 25,6 de ancho, realizada en calcita gris o diorita en la que se representa al rey Gudea de pie con un vaso en las manos del que brota agua. Dicha estatua fue hallada en una excavación clandestina y adquirida por el Louvre en la década de los 70, lugar en el que hoy en día se expone.Estatua de Gudea con el vaso que manaOtro ejemplo de este tipo de objetos muy conocido es la estatua sedente de Gudea. Se trata de una estatua del ensi de Lagash que tiene unas dimensiones de 45 cm de alto y 33 de ancho, realizada en diorita negra —aunque hay quien piensa que se trata de alabastro o esteatita—, encontrada en el Eninnu de Telloh en dos fases. En 1877 E. de Sarzec encontró la cabeza de la estatua, pero el cuerpo lo descubrió G. Cros en 1903.La estatua, que hoy en día se conserva en el Museo del Louvre de París, es una representación del monarca de Lagash sentado, con las manos cruzadas en actitud orante. La estatua tiene una inscripción grabada sobre la túnica que le cae por las piernas a Gudea en la que se indica que se trata de una ofrenda al dios sumerio Ningishzida.Estatua sedente de GudeaLas inscripciones de las estatuas de Gudea son uno de los mejores ejemplos del sumerio clásico o standard, de ahí que sean uno de los principales materiales utilizados por estudiantes para el aprendizaje de la lengua sumeria .
Los cilindros de Gudea
Se conocen dos cilindros huecos de terracota con una inscripción cada uno de época de Gudea. Estos objetos, conocidos como Cilindro A y Cilindro B, se conservan en el Museo del Louvre de Paris y datan aproximadamente del 2125 a. C.Cilindros de Gudea en el Museo del LouvreLos dos cilindros fueron descubiertos en 1877 en las excavaciones de Girsu y si son tan famosos es por ser los cilindros sumerios más grandes y con el texto más largo hasta ahora conocido. El Cilindro A mide 61 cm de alto y 32 de diámetro, mientras que el Cilindro B 56 de alto y 33 de diámetro.El texto de los dos cilindros se lee en horizontal y recoge la construcción de un templo a Ningirsu en Lagash y su posterior entrega al dios y a su consorte, la diosa Bau. Además de estos dos objetos, se encontraron fragmentos de otra inscripción, lo que ha hecho pensar a los investigadores que existiría otro cilindro, conocido como Cilindro X, en el que se recogería algún hecho previo a la construcción del templo.
Lagash después de Gudea
A la muerte de Gudea el trono de Lagash fue ocupado por su hijo, un tal Ur-Ningirsu, cuya importancia no alcanzaba ni de lejos a la de su padre. De hecho, en pocos años Lagash perdió su hegemonía en favor de Uruk, gobernada por Utu-hegal, quien consiguió expulsar a los guti de Mesopotamia.Si te ha gustado este artículo déjanos un comentario con tu opinión al final de la página o comparte en tus redes sociales. ¡Muchas Gracias!
Fuentes y referencias
JIMÉNEZ ZAMUDIO, R. (1997), Inscripciones sumerias de las estatuas de Gudea de Lagash, UAM Ediciones, Madrid.
Gudea fue un ensi o PATESI, equivalente a rey, de la ciudad sumeria de Lagash. Es muy conocido gracias a las estatuas de diorita que contienen una inscripción celebrando algún hecho de su reinado y por su labor constructiva y legislativa.
