¿Quién era Inanna?, ¿cuáles son sus símbolos?, ¿qué nos cuenta la mitología de esta diosa? Sigue leyendo y te respondemos todas las preguntas sobre la diosa del amor y la guerra sumeria.
¿Quién era la diosa Inanna?
Inanna, conocida como Isthar posteriormente por acadios babilonios y asirios y como Sauska por los hititas, en ocasiones nombrada como Reina del Cielo —etimológicamente es lo que significa su nombre—, era la patrona del Eanna de Uruk y la diosa de la guerra, el amor y el sexo, aunque también se le asociaba a la justicia, el poder político, la lluvia y la tormenta.
Hija del dios lunar Nannar, y de la diosa Ningal, la gran señora de la mitología mesopotámica. Además, la diosa Inanna era hermana del dios Utu, Shamash para los acadios, y de Ereshkigal, la diosa del inframundo. Por tanto, Inanna fue mucho más que una diosa sumeria, fue una diosa madre panmesopotámica.
Origen de la diosa Inanna
Entre las gentes de la antigua Mesopotamia existía la creencia de que había una diosa femenina capaz de crear vida y que personificaba la fertilidad. ¿Te has preguntado alguna vez como se llama la diosa sumeria de la fertilidad? Pues bien, en el mundo sumerio este papel de diosa de la fertilidad lo desempeñó Inanna.
Pero Inanna fue una diosa mucho más compleja y bajo su protección se incluían muchos más aspectos, como el de diosa guerrera, y es que el papel conjunto de diosa madre y guerrera estaba muy extendido en las culturas del Mediterráneo Oriental.
Inanna e Ishtar
Aunque con el tiempo acabaron sincretizándose, en un principio Inanna e Ishtar eran dos diosas diferentes. No sería hasta el reinado de Sargón de Acad cuando ambas pasaron a ser la misma diosa conocida con dos nombres.
Principales lugares de culto
Como corresponde a una de las principales divinidades sumerias y mesopotámicas, Inanna tenía templos en todas las ciudades importantes de Sumer. Nippur, Sippar, Kish, Ur, Umma, Larsa o Shurrupak tenían su templo dedicado a la diosa. Sin embargo, el principal templo dedicado a la diosa Ishtar estaba en Uruk.
El famosos templo oval de Khafadje, en una capilla, se encontró una maza y una imagen que podría pertenecer a la diosa Inanna, por lo que es posible que este templo le estuviese dedicado.
La diosa debió estar ligada de manera especial a la realeza, ya que alguno reyes se hacía llamar hijos de Inanna, y en ocasiones es la propia diosa a quien se la nombra como hija, madre o hermana de reyes.
Pero además de este culto oficial en los templos practicado por las clases dirigentes, el culto a Inanna era muy popular entre las clases populares, algo por otro lado totalmente lógico si tenemos en cuenta que se trataba de una sociedad eminentemente rural y esta era la diosa de la fertilidad.
Los templos dedicados a Inanna contaban con prostitutas sagradas, cuya finalidad era garantizar la fertilidad de las tierras y la continuidad de la población.
Personalidad de la diosa
Inanna era una diosa independiente, amable y que hace en cada momento lo que quiere. Es caprichosa, manipula y seduce a las personas o los dioses a su antojo, a menudo sin tener en cuenta las consecuencias que esto puede provocar. Frecuentemente, trata de solucionar los problemas que crea seduciendo a los hombres.
Características de la diosa Inanna
Los textos mesopotámicos consideran a la diosa Inanna la «dueña del cielo». Es una mujer joven, bella, tierna, sensual y coqueta. Pero también es pérfida, caprichosa y sufre ataques de cólera que hacen que esta diosa del amor sea también una guerrera terrible.
Inanna también es la diosa de las prácticas mágicas, las cuales utiliza para cuidar de pobres y desamparados.
En su papel de diosa madre de la fertilidad, Inanna se enamora de Dumuzi, protector de los ganados y la vegetación y que muere y renace cada año. Sin embargo su relación no siempre es buena. El principal centro en que se rindió culto a la diosa del amor y la guerra sumeria es en el Eanna de Uruk, apareciendo citada en los textos de las tablillas cuneiformes como «la divina reina del Eanna».
Pero para nada se trata de una reina local. En el E.kur de Nippur se le rindió un importante culto y en el «Poema de Enmerkar y el señor de Aratta» incluso se puede leer que «Inanna es la diosa amada de todas las tierras», incluso es posible que se la rindiese culto fuera de Mesopotamia.
En definitiva se trata de una diosa a la que se rendía importante culto en toda Mesopotamia y de la que podemos concluir que:
- En sus orígenes era una diosa madre creadora de vida.
- Inanna era la diosa de los Cuatro Puntos cardinales.
- Diosa del Día y la Noche.
- Protectora de los más desfavorecidos.
- Diosa del sexo y defensora de la naturaleza.
Símbolos de la diosa Inanna
En el aspecto astral, el planeta Venus y la estrella de 8 puntas simbolizaban para los antiguos mesopotámicos a la diosa Inanna. Como diosa de la guerra, en ocasiones suele aparecer portando armas. Tal es el caso de un sello cilíndrico que se conserva en el Museo Británico y en el que aparece Inanna con armas a la espalda y sobre una montaña.
En otros sellos Inanna aparecía con mazas a la espalda y con un león al que lleva cogido de una correa, simbolizando las armas y el león a la guerra. Y es que sus animales son el león, que representa el infierno; la vaca, que representa la tierra; y la paloma, que representa el cielo.
El planeta Venus y la diosa Inanna
Como decimos, a Inanna se le asoció al planeta Venus, incluso se elaboraron diferentes himnos en los que a Inanna se la representa como el planeta. Incluso se ha llegado a pensar que algunos de los mitos en los que la protagonista es la diosa del amor y la guerra mesopotámica representan los movimientos de Venus en el universo.
Hay que recordar que este planeta solo es visible algunos días desde la Tierra, por lo que para algunas culturas de la antigüedad Venus eran dos estrellas.
Enheduanna e Inanna
Enheduanna, la hija de Sargón de Acad, pasa por ser la primera poeta de la humanidad y a quien se le atribuye la creación de poemas, salmos u oraciones religiosas, y es que Enheduanna, era, además sacerdotisa en el principal templo de Ur. En esta ciudad, la poeta y sacerdotisa hubo de hacer frente a un golpe de estado liderado por un tal Lugal-Ane que la expulsó de su cargo en el templo y de la ciudad.
Esto lo sabemos porque Enheduanna escribió un texto llamado «La exaltación de Inanna» en la que cuenta como se vio obligada a exiliarse y como le pide a Inanna que interceda ante ella ante el dios An. Según se narra en el texto, parece que Inanna escuchó las súplicas de Enheduanna y esta pudo volver a la ciudad y recuperar su puesto.
Aparte del mencionado, se conservan otros 6 himnos compuestos por Enheduanna y dedicados a Inanna. Los 7 Himnos a Inanna son los siguientes:
- La sagrada sacerdotisa del cielo
- Poderosa tempestad atronadora
- La sagrada
- La señora del atardecer
- La señora de la mañana
- La señora que asciende a los cielos
- El júbilo de Sumer. El rito del matrimonio sagrado.
Mitos en los que aparece la diosa Inanna
Inanna en el poema de Enmerkar y el señor de Aratta
Como diosa principal de la mitología sumeria y mesopotámica, Inanna aparece en multitud de mitos. En el poema de Enmerkar y el señor de Aratta se nos presenta como una diosa extremadamente compleja. En este poema mesopotámico se la presenta como diosa de Uruk, pero también como protectora de Aratta.
De hecho, tanto Enmerkar, rey de Uruk, como el señor de Aratta se consideran protegidos por la divina Inanna, por lo que la diosa deja de tener un carácter nacional y es adorada también fuera de Mesopotamia y se dice que es la «diosa amada de todas las tierra». En este mismo poema se nos muestra a Inanna con una especial relación con el lapislázuli, piedra que es símbolo del poder divino de la diosa del amor sumeria.
El papel de Inanna en el Poema de Gilgamesh
En el «Poema de Gilgamesh», tras regresar el monarca sumerio del bosque de cedro en donde derrotó a Humbamba, Inanna se enamora del rey de Uruk y le ofrece un trono de oro y lapislázuli y otros objetos preciosos, pero Gilgamesh la rechaza y le echa en cara que todos sus amantes hayan muerto o sufrido mutilaciones causadas por la propia Inanna.
En este mismo poema, un poco más adelante Inanna provocará la muerte de Enkidu, fiel amigo de Gilgamesh, provocándole una terrible enfermedad, al sentirse ofendida porque este le había tirado un trozo de carne de res. Por lo tanto vemos el carácter vengativo y despiadado de esta diosa.
El mito del descenso de Inanna a los Infiernos
Del «Viaje de Inanna al Inframundo» existe una versión sumeria y otra acadia. El poema se conocía por trece tablillas y varios fragmentos, todos ellos datados en la primera mitad del II milenio a. C, procedentes de la ciudad de Nippur. El posterior conocimiento de otros fragmentos permitieron reconstruir por completo el texto. La versión sumeria del texto fue escrita en época de Ur III, es mucho más extensa y contiene bastantes detalles ausentes en la versión acadia, que se supone que fue redactada a principios del II milenio a. C.
En la versión sumeria, la más extensa de las dos, la diosa desciende a lo que se denomina «el país sin retorno», acompañada de su fiel sirviente Ninshubur, para quitarle el reino a su hermana, Ereshkigal. Pero es derrotada y pierde la vida, aunque después resucitará con la ayuda de Enki. Pero solo se le permite volver a la tierra si promete hallar un sustituto, el cual le encuentra en su esposo, Dumuzi.
La especial relación de Inanna con el lapislázuli también aparece en el «Descenso de Inanna a los Infiernos», en donde la diosa, a la muerte de su esposo Dumuzi, pone rumbo al inframundo con un collar de lapislázuli atado al cuello. Y es que a Inanna el brillo del lapislázuli la hace más fuerte.
Claramente este poema recuerda al mito griego de Perséfone. Incluso en ambos casos para que las diosas puedan abandonar el infierno han de encontrar un sustituto.
El mito de la diosa Inanna y Shukallituda
Se trata de uno de los mitos menos conocidos en los que Inanna tiene un papel principal. Aparece recogido de manera incompleta en una pequeña tablilla con la escritura distribuida en cuatro columnas. La tablilla cuenta como Inanna, tras atravesar el cielo y la tierra se adormeció, pero desde lejos la observaba el labrador Shukallituda, quien aprovechando que Inanna dormía la violó. Al despertar, horrorizada, Inanna hizo que en los pozos del país hubiese sangre en vez de agua.
Inanna en el mito de Dumuzi y Enkidu
El poema sumerio de Dumuzi y Enkidu, también conocido como Inanna prefiere al agricultor, ha llegado hasta nosotros a través de dos tablillas fragmentarias. De estructura sencilla, narra los intentos de Enkidu y Dumuzi por cortejar a la diosa del amor y la guerra sumeria, pero su principal importancia es que se puede entrever en él un precedente de la historia bíblica de la disputa entre Caín y Abel.
Los personajes de nuestro poema son cuatro: Inanna, su hermano el dios sol Shmash, el dios pastor Dumuzi y el dios granjero Enkimdu. La trama es la siguiente. Inanna está a punto de elegir un esposo. Su hermano Shamash la insta a casarse con el pastor Dumuzi, pero ella prefiere al granjero Enkimdu. Entonces Dumuzi da un paso al frente y exige saber por qué prefiere al granjero. Él, Dumuzi, tiene todo lo que el granjero tiene y más. Inanna no responde, pero Enkimdu, que parece ser un tipo pacífico y cauteloso, intenta tranquilizar al beligerante Dumuzi. Este último se niega a ser apaciguado, pero esto cambia cuando Enkimdu promete llevarle todo tipo de regalos -aquí hay que subrayar que el significado del texto no es del todo cierto- incluso a la propia Inanna.
Inanna en el mito de Gilgamesh, Enkidu y el Toro de Cielo
En este mito Inanna pretende casarse con Gilgamesh, pero es rechazada por el rey de Uruk, quien la ve como una diosa infiel, celosa y caprichosa. A cambio le ofrece ganado y joyas para su templo, pero aquí el texto se encuentra fragmentado. Cuando la calidad del texto permite seguir leyendo vemos como Inanna, despechada, prohíbe a Gilgamesh la actividad real en el Eanna y exige al dios Anu que mande el Toro del Cielo para matar a Gilgamesh.
Inanna y Anu
Se trata de un mito muy fragmentario por lo que su interpretación es bastante complicada. Por las zonas en las que el texto se puede leer parece que Inanna está enfadada porque el templo del Eanna de Uruk no se encuentra en el lugar que debería. Esto es, al menos, lo que se deduce de una conversación que la diosa mantiene con Shamash. Después el poema no se puede leer, pero parece que Inanna va a visitar al dios Anu para exponerle su queja sobre la localización del templo.
El monte Ebih
El texto de este mito comienza con un himno que pretende alabar a Inanna, para después contar la historia del monte Ebih, en el actual Iraq, que se negaba a reconocer el poder y la belleza de Inanna. Ante esto, la diosa decide ir en busca del citado monte y cuando se encuentra ante él le pide permiso a Anu para destruirle. Anu se niega, pero aún así Inanna decide seguir adelante con sus planes y destruir la montaña.
Inanna y el árbol Huluppu
Se trata de un mito sobre la creación en la que un árbol llamado Huluppu, posiblemente un sauce, que se encontraba en el Éufrates, fue arrancado de la tierra por los vientos de una fuerte tormenta, pero Inanna lo recogió y lo cuidó hasta que el árbol creció.
Este árbol Huluppu, una vez hubo crecido gracias a los cuidados de Inanna, también aparece en otros mitos mesopotámicos como en el del Etana o la epopeya de Gilgamesh.
Inanna y el dios de la sabiduría
Se trata de un mito en el que Inanna lleva la cultura y el conocimiento a la ciudad de Uruk. La cultura y el conocimiento eran propiedad del dios de la sabiduría, Enki, pero un día que estaba borracho este se los dio a Inanna quien a su vez se los regaló a los habitantes de la ciudad de Uruk.
Inanna y el guerrero Gudam
Gudam era un guerrero salvaje que según el mito comía y bebía carne y sangre en lugar de cerveza —en el mundo sumerio beber cerveza se consideraba un símbolo de civilización—. Gudam se encontraba por la zona de Uruk causando grandes males entre la población. Incluso mató a varias personas y provocó daños en el templo de la diosa en la ciudad. Finalmente un «pesacador de Inanna» lo derrotará y el guerrero pedirá perdón a Inanna y la colmará de ofrendas.
Inanna y Enki
Existe un mito que cuenta cómo Inanna consiguió engañar al dios Enki para que este le entregara los Mes, unas tablillas en las que estaban grabadas todos los aspectos y conocimientos de la civilización y que eran fundamentales para gobernar entre los dioses. Para ello, Inanna viajó a Eridu, donde vivía Enki y quien había preparado un banquete en el Eabzu para recibir a la diosa, pero esta lo emborrachó y consiguió quitarle a Enki los Mes, llevándose las tablillas a la ciudad de Uruk.
Parece que la composición del mito tuvo lugar durante la III Dinastía de Ury es es una metáfora del cambio del eje de poder en el mundo sumerio de la ciudad de Eridu a Uruk.
Ishtar en el mito de la creación hitita
En el mito de creación hitita Ishtar era hija del dios Kumarbi, quien tras morder los genitales de su padre, el dios Anu, quedó embarazado de sus hijos, dando a luz tiempo después a la diosa Inanna. No hace falta ser muy observador para darse cuenta que en este mito se basa el posterior mito griego contado por Hesíodo en su Teogonía en donde Cronos castra a su padre y nace Afrodita, diosa con quien posteriormente se asociará Ishtar.
Influencia de Ishtar en la Antigüedad
El culto a Ishtar fue introducido en el reino de Judá por el rey Manasés. Inanna en la Biblia no aparece mencionada directamente, pero en el Libro de Jeremías sí se incluyen varios pasajes en los que se alude a la diosa y se le menciona como «Reina del Cielo». Igualmente, algunos poemas del Cantar de los Cantares guardan relación con el amor de Inanna y Dumuzi.
La figura de Inanna también influyó mucho en la diosa fenicia Astoreth, quien terminó llamándose Astarté y asimilándose a Ishtar. Posteriormente, el culto a Astarté fue introducido en Chipre y Citera, que daría origen a la diosa griega Afrodita y a la romana Venus.
La diosa Inanna en la actualidad
La figura de Inanna se ha convertido en la actualidad en un referente de las teorías feministas. Hay quien piensa que en el panteón mesopotámico Ishtar era igual de poderosa que el resto de dioses masculinos, pero que en épocas modernas fue marginada en favor de los dioses varones.
Por contra también existe la teoría de que Inanna era una figura marginal en la religión sumeria, ya que encarnaba a una mujer salvaje, libre y despegada, algo que no encajaba con el arquetipo sumerio de mujer aceptable.
En el año 2008, la artista Liliana Kleiner creo varias composiciones pictóricas que se expusieron en varias ciudades en la que se representaban los mitos de la diosa Inanna.
Si te ha gustado este artículo déjanos un comentario con tu opinión al final de la página o comparte en tus redes sociales. ¡Muchas Gracias!
Fuentes y referencias
- DEL CERRO LINARES, C. (2014), «Diplomacia y relaciones internacionales en la épica mesoopotámica: ¿cuestión de hombres o de dioses? Inanna, Enmerkar y la tierrra de Aratta», en del Cerro Linares, C. et al. (eds), Economías, comercio y relaciones internacionales en el Mundo Antiguo, Fullcolor Printcolor, pp. 269-293.
- https://eprints.ucm.es/39386/1/T37840.pdf
- https://en.wikipedia.org/wiki/Inanna
- http://oracc.museum.upenn.edu/amgg/listofdeities/inanaitar/index.html
- https://www.ancient.eu/Inanna/