Versiones del poema de Gilgamesh y Huwawa
Se conservan dos versiones diferentes de este cuento. La mejor conservada tiene 202 líneas y suele denominarse versión A o «El rey a la Monataña del Viviente». Esta versión debió ser muy popular, pues se conservan casi un centenar de copias, muchas de ellas procedentes de la ciudad de Nippur durante época paleobabilónica.
La otra versión, o versión B, parece más antigua que la anterior. De ella se conservan 156 líneas y se encuentra en un estado fragmentario y falta el final del relato. En cualquier caso el texto trata sobre el deseo de inmortalidad de Gilgamesh, que ante la evidencia de que su vida se apagará desea permanecer para siempre en la memoria de la gente.
Fragmentos de Gilgamesh y Huwawa
A continuación te dejamos algunos de los pasajes más destacado de la versión A del mito sumerio de Gilgamesh y Huwawa:
[…] «Enkidu: puesto que el hombre no puede prolongar la vida más allá de su final secreto, voy a adentrarme en la Montaña, a hacer famoso mi nombre. Donde pueda hacerse famoso cualquiera, voy a hacerme famoso yo; donde no pueda hacerse famoso nadie, voy a hacer famosos a los dioses […]»
[…] Pasó la primera montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba, pasó la segunda montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba, pasó la tercera montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba, pasó la cuarta montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba, pasó la quinta montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba, pasó la sexta montaña, pero no encontró el cedro que le gustaba. Al pasar la séptima montaña encontró el cedro que le gustaba: No tuvo que preguntar nada, ni que buscar mucho el lugar; Gilgamesh tala el cedro, Enkidu le corta las ramas (y lo limpia) para Gilgamesh […]
«[…] – Por la vida de mi madre Ninsun y la de mi padre, el preclaro Lugalbanda: ¿Es que voy que portarme como un crío y ser motivo de su asombro en las rodillas de mi madre Ninsun?»
Y le dijo (a Enkidu)
«Por la vida de mi madre Ninsun y la de mi padre, el preclaro Lugalbanda: Hasta que no me entere de si ese es hombre o dios no pienso dirigir mis pies a la ciudad, después de haberlos dirigido a la montaña». […]
[…] – «¡Venga, Enkidu! Dos hombres no morirán; el haz de cañas no se hunde. Una soga de tres cabos nadie la rompe. Las aguas no cubren a quien se sube al muro, ni se apaga solo el fuego en la cabaña de juncos. ¡Ayúdame tú a mí, que yo ya te ayudaré a ti! ¿Qué puede pasarnos?» […]
[…] (Huwawa) asió a Gilgamesh de la mano:
-«Utu: no he conocido ni madre que me pariera ni padre que me criara; me han parido en el monte. ¡Críame tú! Gilgamesh ha invocado por mí la vida del cielo, de la tierra y del mundo inferior.»
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Fuentes y referencias
- SANMARTÍN, J. (2010) Epopeya de Gilgames, rey de Uruk, Editorial Trotta, Madrid, pp. 314-319.